Los sacramentos hacen visible y nos recuerdan el amor de Dios por cada uno de nosotros. Nos unen como comunidad y en ellos la vida de Jesús se une a la nuestra.
Un año antes de su Primera Comunión las chicas reciben este sacramento. Dios las abraza y las llena de su perdón, animándolas a buscar un corazón cada día más parecido al de Jesús.
Las chicas reciben a Jesús Eucaristía que las fortalece y las invita a vivir en comunión. La Eucaristía es la celebración de la vida por excelencia, es la acción de gracias por el amor encarnado.
A lo largo de este año, las chicas son invitadas a celebrar su fe por medio de este sacramento. Ellas renuevan su opción por seguir a Jesús, reconociéndose elegidas y enviadas a ser discípulas y misioneras.